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22 Aug 2023

Cuando se trata de libros, siempre hay dos tipos de personas: los que leen por placer y los que leen por obligación. Sin embargo, en medio de estas dos categorías existen aquellos que leen por leer, es decir, aquellos que se sienten obligados a leer simplemente para poder decir que han leído algo. ¿Qué sentido tiene esto? ¿Realmente vale la pena leer por leer? En este artículo, exploraremos esta extraña práctica y sus posibles consecuencias.

La obsesión por acumular lecturas

En la era de las redes sociales y la cultura de la inmediatez, muchos se ven atrapados en la obsesión por acumular lecturas. Ya no se trata de disfrutar de un buen libro, sino de poder presumir ante los demás la cantidad de libros que se han leído en un determinado periodo de tiempo. Es como si la cantidad fuera más importante que la calidad, como si se tratara de una competencia sin sentido por ver quién puede devorar más libros en menos tiempo.

Esta obsesión por acumular lecturas puede llevar a que los lectores se enfoquen únicamente en la cantidad y no en la calidad de lo que están leyendo. Es decir, pueden llegar a escoger libros más cortos o más fáciles de leer solo para poder decir que han terminado otro libro más. Esto, sin duda, va en detrimento de la experiencia de lectura, ya que no se le está dando el tiempo ni la atención necesaria a cada obra.

Por otro lado, también puede suceder que aquellos que leen por leer terminen olvidando por completo lo que han leído. Al leer de forma acelerada y sin dedicarle la debida atención, es probable que la información se disipe rápidamente de la memoria, dejando como resultado una lectura vacía y sin significado. Es como si se estuviera simplemente tachando libros de una lista sin realmente sacar provecho de lo que contienen.

La presión de las listas de lectura

Uno de los principales motivos por los que algunas personas leen por leer es la presión de las listas de lectura. Ya sea por recomendaciones de amigos, reseñas en redes sociales o listados de libros más vendidos, muchos se sienten obligados a leer ciertos títulos solo para no quedarse rezagados o desactualizados. Esto puede generar una sensación de ansiedad y estrés en los lectores, quienes se ven forzados a leer cosas que quizás no les interesan con tal de cumplir con las expectativas externas.

El problema con esta presión de las listas de lectura es que puede llevar a que uno pierda de vista sus propios gustos y preferencias a la hora de elegir qué leer. En lugar de disfrutar de la lectura y descubrir nuevos autores y géneros de forma orgánica, se termina leyendo lo que otros consideran que se debería estar leyendo en ese momento. Esto puede resultar en una experiencia de lectura poco gratificante y hasta frustrante, ya que no se está conectando de verdad con lo que se está leyendo.

La importancia de disfrutar la lectura

En medio de esta vorágine de lecturas sin sentido y presiones externas, es crucial recordar la importancia de disfrutar la lectura. Leer no debería ser una tarea que se realiza por cumplir con un requisito o una expectativa, sino una actividad placentera que permite sumergirse en mundos imaginarios, conocer nuevas perspectivas y emocionarse con las historias. Es necesario dejar de lado la obsesión por acumular lecturas y enfocarse en la calidad de las mismas, valorando cada libro por lo que aporta a nuestra vida y nuestra forma de ver el mundo.

Por ello, antes de caer en la trampa de leer por leer, tómate un momento para reflexionar sobre tus verdaderos motivos para leer. ¿Lo haces por placer, por obligación o simplemente por cumplir con una meta arbitraria? Recuerda que la lectura es un acto íntimo y personal que debería enriquecerte y emocionarte, no convertirse en una carrera sin fin por ver quién lee más libros en menos tiempo. ¡Disfruta de la lectura y hazlo con sentido!